Menú
Menú
Son muy pocas las organizaciones o equipos donde he estado que no han manifestado fallos en la comunicación: “Es que necesitamos comunicarnos mejor”, “aquí no hay buena comunicación”, “la comunicación no es muy importante…”
La cuestión es que se aborda “la comunicación asertiva” como si fuera una sola cosa. Ahora bien, la habilidad de comunicar asertivamente no es una caja negra: este power skill implica un conjunto de habilidades, decisiones, hábitos y omisiones. Tiene dimensiones distintas y saber identificar cuál de ellas está fallando es lo que marca la diferencia al momento de mejorar.
¿Qué dimensiones tiene la comunicación asertiva?
A continuación, comparto seis dimensiones clave de este power skill. Se complementan, se entrenan y mantienen bastante independencia entre sí: puedes ser súper claro pero no empático. Puedes usar palabras exquisitas y no conectar con nadie. Puedes contar todo… por el canal equivocado.
1) Escucha activa
No basta con hablar. Hay que verificar si el otro entendió lo que quisimos decir. No basta con “estar atento” a lo que dice el otro: hay que captar y para ello hacer las preguntas, parafraseos, observaciones y lecturas entre líneas necesarias.
¿Cómo se desarrolla? Mediante ejercicios de escucha activa (hacia los demás y con nosotros mismos), técnicas como aprender a preguntar, prácticas de atención plena…
2) Estilo y forma
Saber qué decir, cómo decirlo y cuándo decirlo. La asertividad no ya de “decir lo que pienso, sin filtro”. Aspectos como el tono y volumen de la voz, las palabras seleccionadas, la intención, son clave. Aquí entra mejorar la comunicación pasivo-agresiva y todas sus variantes.
¿Cómo se desarrolla? A través de técnicas como la comunicación no violenta, ejercicios con el tono y ritmo de la voz, etc.
3) Narrativa: Hay que conectar con un propósito. Un mensaje no basta con estar bien estructurado y tener el tono apropiado: tiene que conectar con las personas. La narrativa implica dar sentido, conectar con un propósito, transmitir visión… movilizar, influir, inspirar. También aborda comunicar ideas complejas de forma simple. Cuando esta dimensión falla, el mensaje se entiende pero no se siente.
¿Cómo se desarrolla? Con técnicas como el storytelling, la oratoria y lenguaje persuasivo.
4) Contexto: aborda saber leer el contexto cultural y adaptar los mensajes según la misma. que en un lugar es “claro”, en otro es percibido como “oscuro”. Lo que en algunos sitios se considera directo, otros lo ven agresivo.
¿Cómo se desarrolla? tomando consciencia de las dimensiones del lenguaje para poder observar sus matices, observación, conociendo distintas culturas nacionales, etc.
5) Transparencia: implica hacer accesible la información y compartir lo necesario para que las personas puedan actuar, confiar y decidir. Implica saber seleccionar la información (sin sobreinformar) y saberla sostener (sin engañar). Cuando esta dimensión falla, es común que se formen cotilleos, ruido y desconfianza.
¿Cómo se desarrolla? A diferencia de las dimensiones anteriores, no se desarrolla con técnicas concretas: este skill requiere reflexión de experiencias previas, observación, escuchar distintos puntos de vista, tomar decisiones (¿lo digo ya?) así como trabajar de la mano la cultura organizacional.
6) Elección del canal: No todo se dice por mail ni todo se habla en un pasillo. Saber elegir dónde y a través de qué medio transmitir un mensaje es parte de comunicar bien. Ocurre lo mismo que con la transparencia: es una dimensión que va en parte vinculada con la cultura organizacional y se entrena a través de la experiencia, la observación y la toma de decisiones. Ayuda mucho fijar acuerdos de trabajo sobre qué canales van mejor para ciertos mensajes.
Ahora, cando alguien te diga que “falla la comunicación”, ¡ya sabes qué preguntar y en qué dimensiones poner el foco!
¿En qué dimensión falla la comunicación en tu proyecto? ¿en qué dimensión brilla?
Para desarrollar tus habilidades de comunicación en proyectos, ¡te esperamos en nuestra formación de Power Skills!
– Claudia Salas-
