En el mundo de Lean, mucho se habla del Kaizen, filosofía que nos invita a aplicar pequeñas mejoras, con mucho foco en los hábitos, la constancia y la disciplina. Es como un maratón, donde vamos paso a paso recorriendo una gran distancia en un periodo largo de tiempo.
Con mejorar solamente un 1% diario, ¡representa un crecimiento acumulado de 37,78 a lo largo de un año! Por supuesto, en la realidad la mejora no siempre será lineal: en las organizaciones vivimos altibajos y desafíos que pueden afectar ese progreso. Sin embargo, ¡da mucho para reflexionar!
Pero, ¿qué pasa con esos cambios grandes e importantes? Es una realidad: sabemos que no todo pueden ser cambios pequeños. A veces requerimos de cambios más radicales y de mayor impacto. Allí entra en juego el concepto de Kaikaku, que hace referencia a esos cambios radicales, rápidos y revolucionarios. Equivalen a un Sprint, donde corres a tu máxima velocidad en un periodo corto de tiempo, logrando resultados drásticos.
Kaizen y Kaikaku: ambos enfoques son complementarios, dos caras de la misma moneda, y tienen sus implicaciones. Ambos implican gestionar y facilitar el cambio, aunque con alcances distintos.
En Kaikaku hay que gestionar el cambio muy de la mano con Change Management, a través de generar una visión y principios, mitigar riesgos, planificar-ejecutar, gestionar expectativas e impactos y usar modelos de Change Management. Contar con roles como Change Manager, agentes de cambio o roles con conocimientos de esta disciplina es crucial. Y por supuesto, también tenemos que facilitar el cambio: generar enganche con las personas, facilitar la transición emocional, generar seguridad psicológica, trabajar junto con los líderes, etc.
Kaizen implica cambios pequeños, teniendo el gran reto de trabajar hábitos: lo cual es mucho decir. La generación de hábitos es un reto para las organizaciones: repetición sostenida, quitar el piloto automático, asumir nuevas creencias…. aunque Kaizen sean pequeñas mejoras, para nuestros cerebros pudiera ser todo un desafío.
Si combinamos Kaizen y Kaikaku de forma adecuada, ¡podemos generar resultados increíbles! Tal vez el mayor reto está en decidir cuándo ir por un enfoque u otro, o bien cómo combinar ambos de una forma sostenible.